23 abr 2016

KAGOME KAGOME


JUSTO DETRÁS DE TI


            Imagina que estás totalmente a oscuras, un coro infantil da vueltas a tu alrededor, puedes oír sus voces por todas partes, están cantando una canción. Al principio no entiendes bien lo que quieren decirte, las tinieblas empiezan a dar sentido a las palabras, ahora la entiendes, habla de algo que sólo tú sabes, la comprensión llega con un escalofrío en la nuca. Las vocecitas recitan al unísono, un sonido sobrenatural parece brotar de sus pequeñas gargantas te están enviando un mensaje y al final te hacen una pregunta:

            ¿Quién está detrás de ti?



LA CANCIÓN


            “Kagome kagome”  es un juego tradicional en el que un grupo de niños forman un corro mientras uno de ellos permanece en el centro con los ojos vendados o tapados, todos comienzan a dar vueltas y a cantar una canción, al final de la misma el chico cegado deberá adivinar quién se encuentra justo a sus espaldas, no podrá salir del círculo hasta que acierte. La persona a sus espaldas ocupará su lugar y el juego volverá a comenzar. Hasta ahí parece un inofensivo entretenimiento para tiernos infantes en edad escolar pero la letra de la canción alberga un inquietante misterio: nadie sabe lo que dice exactamente.

            Su origen se remonta a la era Heian en la que los hijos de los nobles más relevantes eran enviados como rehenes a la corte imperial, allí separados de sus familias congeniaban entre ellos y se imaginaban volviendo a sus hogares, así el juego simbolizaría su encierro y el premio la posibilidad de poder escapar de él. Al provenir de una época antigua donde la lengua japonesa era más rica en ideogramas y estar próxima al chino, lengua culta en aquél entonces, y ser elaborado por chiquillos hace que su forma escrita original no esté del todo clara. La canción se ha transmitido casi siempre de forma oral de modo que los kanji  (ideogramas japoneses) que se usan en la actualidad para escribir la letra se han adaptado al sonido de la misma por lo que una traducción exacta es imposible.

            Los niños que entonan  “kagome kagome”  lo hacen de forma continua, sin respetar signos de puntuación ni formar frases concretas, en la lengua japonesa el orden de los kanji y cómo vayan estos agrupados pueden hacer variar el sentido de una oración y esto sucede claramente con esta canción.

            Aquellos que experimentan el juego creen encontrar sentidos ocultos dentro de la letra, mensajes casi siempre descorazonadores. Sumidos en la oscuridad e imbuidos por el hipnotizador sonido de jóvenes voces danzarinas pueden provocar en el participante un estado de trance en el que se verá asaltado por toda clase de pensamientos oscuros y funestos.

            La pregunta final siempre es la misma: ¿Quién está detrás de ti? En el momento adecuado lo sabrás, hay algo que hasta los niños saben: Pronuncia el nombre de quien creas que es la persona que está tras de ti, pero no abras los ojos antes de hacerlo y sobre todo no te gires, no te vuelvas, no intentes mirarle nunca...


Monumento y letra de la canción, salida oeste de la estación Koen-Shimizu, prefectura de Chiba Noda

                                                                                          LA LETRA

            El gran misterio, ¿Qué significa? ¿Esperáis que yo os lo diga? No tengo respuesta solo unas palabras enigmáticas. El sentido de las mismas habréis de buscarlo cada uno de vosotros.

            La traducción “canónica” viene a ser algo así:

Te rodeo, te rodeo
El pájaro dentro de la jaula
¿Cuándo saldrá?         
Por la mañana o por la tarde
La grulla y la tortuga resbalaron
Dime ¿Quién está detrás?


            Hay quien quiere ver un sentido algo más oscuro, habla de una mujer embarazada que pierde a su hijo y es repudiada.

La preñada, la preñada
Tiene un pajarito dentro
¿Cuándo lo soltará?
De día o de noche
La grulla (la mujer) se resbaló y la tortuga (el dinero, la riqueza) cayó
¿Ahora quién la apoyará? (quién está detrás suya)


            El lamento de un condenado a muerte.

Estoy rodeado
Dentro de un templo (torii, templo shintoista, igual que tori, pájaro)
¿Cuándo volveremos a vernos? o ¿Podré escapar de aquí?
La mañana es mi noche   o   Estoy cegado   o   No puedo ver la luz
La grulla y la tortuga ya no están (presagio de muerte)
Ahora tengo a alguien detrás (su ejecutor)


            Al preguntar a un familiar japonés me dio su versión: Una suegra celosa empuja a su nuera embarazada por las escaleras para matarla.

Gracias a los dioses (kagome es una forma de bendición)
 Lleva un pajarillo dentro (estaba embarazada)
¿Cuándo lo tendrá? (cuando saldrá)
A las cuatro de la mañana (entre la noche y la mañana, yoru ban)
La dama se ha resbalado
¿Quién estaba detrás?


            Hay una cosa que me ha quedado meridianamente clara, ninguna interpretación que he encontrado u oído es positiva y al hablar del tema el ambiente suele enrrarecerse (llegando a la discusión por tal o cual término).

            Esta canción hace aflorar tus miedos más profundos, saca lo peor de ti.

            Si tenéis la ocasión probadlo, dejaos rodear por un grupo de voces infantiles (o en su defecto femeninas), tapaos los ojos y escuchad, escuchad atentamente a ver que pasa.



EL PROYECTO KAGOME


            Aunque el nombre de esta entrada es imaginario  quizá no lo sea tanto la historia que a continuación os narraré.

            Por todos es conocido que durante la segunda guerra mundial todas las potencias involucradas (si, he dicho todas) experimentaron de algún modo con humanos aunque especialmente infames fueron las realizadas por los científicos nacionalsocialistas. Uno de los menos conocidos teorizaba con la existencia de un “interruptor universal” sito en alguna región cerebral encargado de “ordenar” la muerte del cuerpo. Si se lograba localizar y aislar para su estudio sería posible evitar el cese de las funciones vitales indefinidamente o lo que es lo mismo alcanzar la inmortalidad clínica.

            Los encargados del proyecto tardaron dos años en recibir una respuesta del gobierno y no fue hasta 1942 cuando se les permitió iniciar los experimentos con las condiciones de que no se practicaran sobre ciudadanos alemanes ni se realizaran en territorio del reich además los resultados de los mismos no deberían ser compartidos con nadie que no perteneciera al alto mando militar.

            Se formó una expedición científica a Japón, aliado por entonces de Alemania y se llevaría a cabo en un orfanato de la provincia de Shimane, el lugar ideal puesto que los “candidatos” debían ser “personas que no tuvieran nada que perder ni tuvieran quien se interesaran por su destino”.

            Las primeras intervenciones consistieron en meras lobotomías y vivisecciones con el fin de comparar el cerebro de personas de distintas edades y así localizar las variaciones derivadas del paso del tiempo y con ello detectar la ubicación del “interruptor”. A pesar de los fracasos iniciales los científicos llegaron a dos conclusiones, la primera era que el interruptor se activaba durante la pubertad  y que a partir de entonces el proceso era irreversible, la segunda, el interruptor no se encontraba en el cerebro, sino en el cerebelo.

            Los brutales experimentos tuvieron por fin sus primeros frutos y a pesar de las horribles mutilaciones sufridas por muchos de los niños parece que lograron aislar la hormona responsable del proceso de “interrupción de la vida”.

            Los niños se comportaban con normalidad, jugaban y reían y parecían ignorar sus cicatrices y heridas. Les gustaba especialmente un juego llamado “kagome kagome” al que dedicaban gran parte de su tiempo de ocio.

            La situación cambiaba radicalmente cuando alguno de los niños era separado del resto. Éste perdía toda iniciativa y no mostraba ningún tipo de emociones, seguía compulsivamente a un adulto cualquiera y se limitaba a observar sin tratar de entablar ningún tipo de comunicación, era un comportamiento que causaba gran inquietud entre los cuidadores y equipo científico.

            El juego se acentuaba mientras los niños parecían más ausentes, ignoraban casi todos los estímulos exteriores mientras entonaban compulsivamente la misma canción. En una ocasión uno de los doctores trató de romper el círculo cuando uno de los niños le realizó una pregunta: “¿Es verdad que tu abuela te regaló un reloj de oro antes de morirse?”. No hubo respuesta a excepción del tic-tac que emitían los engranajes de un precioso reloj dorado mientras el médico lo agarraba con fuerza. Los niños, desinteresadamente, reanudaron el juego.

            La guerra terminó, un mensaje de muerte llegó desde los cielos en forma de bomba, la vecina Hiroshima quedó reducida a cenizas. El de Shimane fue uno de los pocos “laboratorios de experimentación alemanes” capturados intactos tras la guerra, los descubrimientos realizados por los estadounidenses crearon tal estupor que decidieron mantenerlos en secreto.

            Del equipo científico original solo quedaban cuatro integrantes, la mayoría había regresado a su patria antes del fin del conflicto debido a “diversos problemas mentales”. Antes de partir hacia su cautiverio los niños preguntaron en un perfecto alemán si querían jugar con ellos una última vez. En un primer momento accedieron a participar pero los niños añadieron “en esta ocasión si os resistís perderéis”. Los ojos de los pequeños rezumaban absoluta maldad. Los científicos rogaron a sus captores que les sacaran de allí lo antes posible.

            Hiroshima renació, y a pesar de las cicatrices es hoy una próspera población que perdona pero no olvida. Hay sin embargo un bosque de retorcidos árboles no muy lejos, en una colina poco transitada aún se levanta un viejo edificio abandonado. Dicen que dentro hay muchas puertas pero una de ellas es de color rojo, si la cruzas es posible que te encuentres con un grupo de chiquillos, tal vez te inviten a jugar con ellos, quizá ganes, si lo haces es probable que sobrevivas El silencio ha sustituido a las risas y grititos infantiles. Ya nadie pasa por allí, los que lo hacen no quieren volver y algunos nunca regresan. Puede que se extraviaran o que perdieran el juego...

El orfanato abandonado

CONCLUSIONES


            Durante la elaboración de este artículo me encontré de bruces con esta historia y lo cierto es que me sorprendió por lo que no pude refrenar mi deseo de compartirla con todos vosotros. Inicié una pequeña investigación y la verdad es que me encontré con un hueso duro de roer y cada vez que parecía encontrar el hilito que me permitiría desentrañar la madeja acababa en un callejón sin salida. Daba vueltas y vueltas sin llegar a ninguna parte, como los niños de esta historia.

            Es cierto que la colaboración científica entre Alemania y Japón se remonta a 1934 y que existe en Shimane un antiguo orfanato al que nadie se atreve a ir. Allí hubo personal alemán sin determinar. Aparte de eso no puedo ofrecer nada más, ningún nombre, ninguna referencia, nada.

            Por tanto creo en mi humilde opinión que nos encontramos ante una leyenda urbana de manual, personalmente me cuesta creer algo que no esté mínimamente documentado o al menos que sea de conocimiento público, mis fuentes japonesas no saben nada sobre el asunto pero admito que sería un gran argumento para una película de serie B.

            ¿Que por qué lo escribo entonces? Pues porque me ha gustado la historia y además se que mientras estabas leyendo has mirado al menos una vez por encima de tu hombro ya sabes, por si había alguien detrás. Si, tú, no me engañes, se que has mirado.


             Te he visto mientras lo hacías.



            

4 comentarios:

  1. Muy interesante historia, pero no podré dormir luego de escuchar la canción que pusiste, el final es tétrico 😱

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    1. Desde lo más profundo de tus pesadillas te doy las gracias :)

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  2. Debo admitir que este tipo de historias me llaman mucho la atención me encantó la historia

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    1. Muchísimas gracias por leerla y me alegro de que te haya gustado.

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